Tanto la patronal española, Anfac, como la europea, ACEA, han expresado sus temores de que la regulación, cuya entrada en vigor está prevista para el 1 de julio de 2025, tenga un alto coste para el empleo y la productividad. Se está alertado al Gobierno español del riesgo de que se cierren fábricas y se pierdan miles de puestos de trabajo en nuestro país si finalmente la Euro 7 se aprueba en los términos en que está redactada actualmente. Recordemos que el texto no es aún definitivo, sino que está sujeto a los cambios que puedan introducir el Parlamento y el Consejo europeos.
Un grupo de países de la UE estudia cambios a la normativa de emisiones de automóviles. Los ministros de Transporte de la República Checa, Alemania, Italia, Polonia, Portugal, Rumanía, Hungría y Eslovaquia se reunieron el lunes para debatir posibles cambios en los límites de emisiones de los vehículos propuestos por la Unión Europea. Los ministros coordinan sus posturas en otra disputa sobre el plazo de 2035 para la eliminación progresiva de los coches que emiten dióxido de carbono. Alemania, respaldada por países como Italia y la República Checa, quiere garantías más claras de que los vehículos nuevos con motor de combustión interna podrán seguir vendiéndose después de 2035 si funcionan con combustibles neutros en emisiones de CO2.
Otro directivo de automoción, argumenta que la nueva normativa exigirá de las marcas unas inversiones milmillonarias que se traducirán en un encarecimiento notable de los coches, que por cierto están ya más caros que nunca. Además de unos plazos que estiman imposibles de cumplir, se enfrentan a la incorporación de costosos convertidores catalíticos y filtros de partículas, así como de más controles electrónicos para reducir las emisiones de unos vehículos de combustión interna que, de todos modos, la Unión Europea tiene previsto prohibir a partir de 2035.
La Comisión Europea habla de un alza de los precios que se situaría entre los 90 y los 150 euros por turismo o furgoneta, y en alrededor de 2.600 euros en autobuses y camiones. Las marcas, por su parte, niegan categóricamente que estas cifras sean reales y apuntan a un sobreprecio mínimo de 2.000 euros en el caso de un turismo convencional.
El 1 de julio de 2025 entrará en vigor esta nueva norma Euro 7, que viene a sustituir la antigua normativa Euro 6, vigente desde 2015 y que fué creada para limitar y regular las cantidades de emisiones contaminantes que puede generar un coche nuevo. Euro 7 plantea una reducción mucho más drástica del número de emisiones contaminantes para los motores diésel y gasolina. Este paquete de medidas promete facilitar la transición ecológica que quiere llevar a cabo la Unión Europea bajo el objetivo del Plan Europa 2035, año en el que estará prohibido la comercialización de vehículos nuevos que funcionen mediante un motor de combustión. Afectará a todos los motores de combustión pero especialmente afectará a los vehículos diésel con el objetivo de limitar el número de emisiones que pueden generar los vehículos nuevos e incentivar a las fábricas a elaborar sistemas de propulsión menos contaminantes. Legislaciones como estas han forzado la llegada de elementos como catalizadores, filtros de partículas o catalizadores SCR, ya que las propias empresas son las primeras interesadas en reducir el número de emisiones contaminantes y por ello invierten grandes esfuerzos en innovación.
Fuente:
https://www.eldiario.es/motor/sector_y_mercado/fabricantes-pie-guerra-euro-7_1_10022567.html