Arrancar el coche por primera vez, después de la nevada

Para que no tengas problemas cuando vuelvas a circular después del temporal Filomena, te indicamos qué aspectos del coche debes revisar:

Si tu coche ha pasado el temporal de nieve  al exterior, en cuanto puedas, quita la nieve para evitar que pase horas bajo el frío y la humedad. Para la nieve en los cristales, utiliza un producto descongelador o rocía el parabrisas con alcohol para posteriormente rascar el hielo con una rasqueta de plástico. Recuerda que no debes accionar los limpiaparabrisas ni echar agua, y menos caliente, ya que el cambio brusco de temperatura podría romper el cristal.

Otro aspecto a tener en cuenta es que la batería puede agotarse, cuando lo dejas en reposo, sin moverse un largo periodo.

Haz una inspección rápida:  asegúrate de que el tubo de escape y la zona del motor ya están completamente limpias.

Intenta siempre tener óptimos los niveles de aceite, de líquido anticongelante y la ITV pasada, claro.

Arranca el coche despacio, no muevas nunca el coche con el motor frío. Esto permitirá que el aceite comience a repartirse, lubricando todas las zonas del motor. No lo revoluciones, mantenlo al ralentí un tiempo. Por si te sirve de ayuda, es muy útil poner un trapo caliente sobre la batería antes de arrancar.

Por supuesto, desconecta cualquier elemento eléctrico: la radio, las luces. Y la calefacción ni se te ocurra, espera a que el coche esté en marcha. Si al conectar la llave no arranca, espera unos segundos para volver a intentarlo.

Visibilidad. Espera un par de minutos, con el motor al ralentí, baja las ventanillas para evitar la humedad y orienta el calor al cristal delantero, activa la luneta térmica para ver bien también por el cristal trasero.

Limpiacristales, frenos… Una vez que la climatización haya hecho efecto, comprueba los limpiacristales, las marchas, el freno, dando tiempo a que no haya nada agarrotado por el frío. Si el coche ha estado varios días cubierto de nieve, puede hacer que la superficie de los frenos se oxide.

Tampoco te agarrotes tú. Quítate el abrigo y conduce cómodamente. El abrigo complica la movilidad en caso de emergencia.

Las ruedas: antes de ponerte en marcha quita la nieve o hielo acumulados. Pueden desequilibrarlas y dificultar la conducción.

Carrocería,  evitar que se oxide; la sal de la carretera utilizada puede dañar tu coche y acelerar la oxidación, sobre todo si ya tenías algunas abolladuras sin reparar.

 

Fuente: www.clasicosalvolante.com

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